La formación en Primeros Auxilios del personal de asistencia sociosanitaria es necesaria, si bien el entorno que proporciona una residencia de mayores o un centro de día suele ser muy seguro. Pese a la seguridad de ese entorno situaciones como una caída, un desmayo, una parada cardiorrespiratoria o un atragantamiento pueden darse con relativa frecuencia y no  hay en todo momento personal sanitario en la residencia para prestar primeros auxilios.
 
Los primeros auxilios consisten en una atención no profesional de estabilización de un paciente que ha sufrido un accidente mientras llega la atención sanitaria. Se parte de una obligación elemental: el deber de socorro.
 
Ahora bien, una de las máximas de estos auxilios es no empeorar la situación. Si no existe seguridad en la atención que se brinda es preferible ser prudente para no profundizar en el daño.
 
La secuencia de una actuación de primeros auxilios sigue las siglas PAS que quiere decir: proteger, en primer lugar; avisar, en segundo término y por último socorrer. En una residencia el primer paso, el de proteger, suele ser más fácil de seguir que, por ejemplo, en un accidente de carretera. El segundo paso, el de avisar es primordial para que la atención especializada llegue cuanto antes y por último se deben practicar los primeros auxilios para los cuales se recibe formación. 
 
Practicar la maniobra de Heimlich en un atragantamiento puede salvar una vida. Un masaje cardíaco, o el empleo del desfibrilador puede salvar una vida, llamar con premura al Servicio de Toxicología puede salvar una vida. Otras actuaciones no tan vitales también pueden ayudar a que la recuperación de los pacientes sea más rápida.
 
Estos conocimientos son importantes y por ese motivo en el Taller de Empleo de Atención Sociosanitaria a personas dependientes se impartirán y se harán prácticas en el aula, con equipo correspondiente (como por ejemplo, la práctica de la respiración cardiopulmonar).