Una buena alimentación, una correcta hidratación y el ejercicio físico así como los cambios posturales son fundamentales para prevenir las úlceras por presión.

Se trata de áreas de piel lesionadas por permanecer en una misma posición durante demasiado tiempo. Comúnmente se forman donde los huesos están más cerca de la piel, como los tobillos, los talones, las nalgas, los codos, las caderas y las orejas y parte posterior de la cabeza. El riesgo aumenta si la persona está recluida en una cama, utiliza silla de ruedas o permanece en la misma posición por un tiempo prolongado. Este hecho reduce el flujo de sangre en determinadas partes haciéndose más propensas a desarrollar las úlcera por presión.

Este tipo de llagas pueden causar graves infecciones, alguna de las cuales puede poner la vida en peligro por lo que el tratamiento anticipado es fundamental.

En el taller de Atención Sociosanitaria a personas dependientes se imparten hábitos de educación para la salud y todo tipo de acciones como ruedas de cambios posturales para prevenir y tratar este tipo de supuraciones que constituyen un grave problema en personas de movilidad reducida.