Las alumnas de taller de empleo de Atención Sociosanitaria aprenden a dar de comer a personas con disfagia, ante la gravedad que presenta tener esta dificultad para deglutir los alimentos.

Se trata de una afección grave que dificulta el tránsito de la comida desde la boca hacia el estómago y provoca dolor al tragar, sensación de que los alimentos se atascan en la garganta, en el pecho o en el esternón; babeo; voz ronca o el regreso de los alimentos a la boca (regurgitación). En muchos casos, la disfagia puede ser la causa de atragantamientos, puede producir desnutrición por falta de aporte de alimentos o aspiración del contenido de la boca hacia el pulmón, provocando un ataque de asma o una neumonía aspirativa.

Es una situación que se produce de forma muy frecuente en las personas institucionalizadas y se calcula que la padecen el 25 % de personas mayores de 65 años y el 80 % de las personas con demencia. 

Para dar de comer a una persona con disfagia hay que seguir una serie de consejos como proporcionar los alimentos en pequeñas cantidades, administrarlos en la postura sentado o semisentado con la cabeza ligeramente hacia adelante; mantener al paciente sentado o de pie hasta unos minutos después de haber acabado la comida;  mantener  atención plena en la actividad de dar de comer; no insistir si hay tos; machacar las pastillas antes de que vayan a ser ingeridas y asegurarse de que el usuario traga en varias ocasiones hasta que todo el contenido de la boca haya pasado hacia el estómago.

Así mismo en algunos casos será preciso modificar la consistencia de los alimentos y optar por una dieta blanda o por triturar los alimentos y emplear espesantes para los líquidos con el objetivo de que el paciente los pueda tolerar mejor.