La comunidad escolar del Alto Palancia reivindica cambios en los modelos de gestión de los comedores escolares. Asociaciones de Madres y Padres, direcciones de los centros rurales agrupados (CRA), cargos públicos municipales y representantes autonómicos de Educación, Sanidad y Agricultura han debatido sobre los cambios normativos y administrativos que permitirían contar con comedores saludables y económica y ambientalmente sostenibles. El encuentro se ha desarrollado en la sede de la Mancomunidad y ha contado con la asistencia de la presidenta, Jessica Miravete.
«El bienestar de nuestras niñas y niños es lo más importante. La Mancomunidad está del lado de la comunidad escolar en su reivindicación de mejores condiciones en los comedores. Es necesario que la Administración sea sensible a la realidad social y económica de las zonas rurales. Necesitamos un mayor esfuerzo económico y avanzar hacia un modelo que garantice el servicio y la calidad educativa», afirma Miravete. A su modo de ver, los comedores son un elemento esencial para mantener la escolarización y luchar contra el despoblamiento.
El Centro de Estudios Rurales y Agricultura Internacional (CERAI) ha convocado la jornada para exponer las conclusiones del estudio preliminar sobre la situación de los comedores escolares en las zonas rurales, a partir del caso concreto del Alto Palancia. La oenegé ha realizado una encuesta para conocer el estado de situación del servicio y la viabilidad de introducir cambios. Las principales conclusiones son que los comedores escolares en las zonas rurales facilitan la conciliación laboral y familiar, permiten crear espacios de tiempo personal, ayudan económicamente a las familias y fijan la población en el territorio.
Entre las alternativas planteadas al modelo del catering actual estarían la de instaurar comedores escolares en los centros, o de carácter comunitario, que facilitarían que la población escolar accediera a las becas, dado que están supeditadas a la existencia de comedor. Un ejemplo sería el de Almedíjar, donde conviven el comedor escolar oficial y otro autoorganizado por las familias que se ha habilitado en dependencias municipales.
Los comedores escolares podrían constituir un aliciente para la economía local, a través de la contratación de empresas de la zona que pudieran hacerse cargo del servicio de comedor y, al mismo tiempo, introducir productos de proximidad del entorno en los menús. De momento, son las empresas de restauración colectiva medianas-grandes, muy especializadas, las únicas que optan a las licitaciones. En el caso del Alto Palancia, los menús se preparan en una empresa de Puçol, a más de 40 kilómetros de distancia, cuando el aulario de del CRA Palancia-Espadán, en Castellnovo, cuenta con una cocina que podía dar el servicio comarcal, pero no está autorizada a la realización de menús para un número de escolares bajo. Algunos centros han de recurrir a caterings fríos suministrados de forma semanal.
Desde la Inspección educativa se resalta la predisposición a analizar la situación. De hecho, desde la Dirección General de Centros Docentes ya se ha expresado la voluntad de adaptar la normativa para mejorar las condiciones de los comedores rurales, al considerar que los comedores de las zonas de interior tienen necesidades diferentes a las urbanas y es más difícil ofrecer un servicio de calidad que sea acorde a las necesidades de los centros y a la vez resulte rentable para las empresas. Para ello, se pretende hacer más accesible el servicio, favorecer una alimentación saludable e incentivar la cercanía de las cocinas evitando, en la medida de lo posible, los alimentos en formato catering. Sanidad, por su parte, realiza inspecciones permanentes y realiza recomendaciones de mejora a los centros.